MALLORQUINES VS IBICENCOS
MALLORQUINES E IBICENCOS, AMOR ENTRE BANBALINAS
BAJO LA MIRADA DE UNA MALLORQUINA
MALLORCA LOVE IBIZA
IBIZA LOVE MALLORCA
¿Qué saben los mallorquines de los ibicencos? Poco.
Para muchos mallorquines el ibicenco es como para un alemán un mallorquín, un ser en peligro de extinción difícil de avistar.
Poco saben los mallorquines de los ibicencos, pero es que quizás el ibicenco prefiere seguir siendo un misterio.
Al ibicenco le rodea un aura de misterio (que puede llegar a ser sexy). ¿Van a las discotecas cada noche? ¿Comen ensaimada como nosotros? ¿A qué suena el ibicenco? …. y es que las Islas Baleares no pueden ser más distintas entre ellas, y como vivimos a-ISLA-dos poco sabemos de nuestros vecinos.
Este verano he descubierto un restaurante que sirve bullit ibicenco, y mi primera reacción fue de indignación, ¿Cómo, que el bullit no es exclusivo de Mallorca?. Queridos mallorquines, no todo es nuestro.
Otra de las cosas que nos encanta decir a los mallorquines: En Ibiza en invierno no hay nada que hacer, pobrecitos…. Y yo como buena mallorquina siempre saco el tema a los pocos ibicencos que me encuentro:
– ¿Oiga, en invierno que hacen?
– Nos metemos en una cueva y no salimos hasta mayo…¡Cómo que qué hacemos! pues lo mismo que aquí: excursiones, ir de restaurantes, quedar con los amigos…
Y es que para los de la isla grande, Ibiza deja de existir cuando acaba el verano.
Los de Sa Roqueta no sabremos mucho, pero es mundialmente conocido que nos encanta compartir región con las Pitiusas. ¿Cuántas veces nos hemos visto en algún país extranjero explicando dónde está Mallorca? Y cuando vemos que no tienen ni idea, acabamos por decir rebosantes de orgullo: Do you know Ibiza? ¡Pues ahí! Las reacciones suelen ser de estupor y envidia, porque la isla es conocida en todo el mundo, ¡cómo no! si la nombran en más de cien canciones y veranea la flor y nata del planeta tierra.
Hasta ahora podemos decir que la relación de los mallorquines con Ibiza es mayoritariamente de conveniencia y misterio. Nos gusta fardar de que estamos al lado, nos encanta ir en verano, y si ya encima conocemos a un ibicenco lo gritamos a los cuatro vientos (y ya de paso nos auto-invitamos a su casa).
Querida vecina, ¿por qué no sabemos más de ti? La culpa seguro que es nuestra, porque al igual que vosotros nos cuesta dejar nuestra isla.
Con estas palabras hago un llamamiento al descubrimiento, a conocer mejor a los ibicencos, a aprender de su gastronomía, sus tradiciones y a destruir estereotipos. ¡A los más aventureros os reto a que vayáis a recorrerla durante su misterioso invierno y que nos contéis todo a vuestro regreso!
De parte de una mallorquina que quiere ser ibicenca.
Autor: Lorena de Ferrá